Es Navidad. Estoy en España, con mi familia en Zaragoza.
El pavo relleno con castañas en el horno, los calcetines rojos con grandes rayas cuelgan por todo el salón, los grandes troncos en la chimenea arden vigorosamente, los niños con sus sombreros de lana con bolita blanca colgando sobre los hombros cantan villancicos tras los cristales de nuestra ventana. Bueno, quizá no sea todo tan idílicamente navideño como acabo de decir.
Pero lo que sí que es cierto es que ayer estuve en la Misa de Gallo del Pilar y hoy en la de la Catedral de La Seo: canónigos, grandes pontificales, arzobispo, coros angélicales, órgano, gótico. Y esta vez no exagero. Durante la misa me imaginaba que el Niño recién nacido estaba sobre el altar con su Madre, y que todos los concelebrantes nos agrupábamos a su alrededor ofreciendo semejante ofrenda excelsa al Padre.
Como os habréis, quizá, percatado esto no es otro capítulo de la Historia Angélica. He decidido daros un descanso por Navidad. La crónica seguirá, pero he decidido hacer una interrupción porque queda todavía mucho. Y reconozco que he pedido mucho a mis lectores. Se trataba de una historia densa.
Mientras tanto, sabéis que tenéis la Historia Unificada en este link:
http://blogdelpadrefortea.blogspot.com/2011/11/historia-del-mundo-angelico-version.html
http://blogdelpadrefortea.blogspot.com/2011/11/historia-del-mundo-angelico-version.html